Después de varios años de búsqueda, el doctor les notificaba
que los malestares que sufría la señora Mendoza, se debían a que
tendría un bebé, lo cual llenó de alegría a los futuros padres. Por
años esperaron que esto sucediera y al fin Dios los bendecía. Enseguida
pensaron en nombre y en todas las cosas que comprarían para cuando
naciera. Meses después, sabían que sería una niña y la
llamarían Rocío. El momento del parto llegó y Rocío nació. Cuando la
niña cumplió su primer añito, comenzó a tener fiebres muy altas, las
que nunca pudieron explicarse. Al cabo de unos meses la pequeña Rocío murió. Su
madre enloqueció de dolor y su esposo se vio obligado a internarla.
A un año de todo aquello, la señora Mendoza parecía estar
mejor y decidieron que regresara a su casa.
Un día golpearon a la puerta y la mujer abrió. Sentada en el
escalón había una pequeña, que le extendió los brazos para que la aupara.
La mujer llorando la alzó en sus brazos, la
abrazaba, la besaba y la pequeña se aferró a su cuello como pidiendo
protección.
__ ¡Mi hija, mi hija ha vuelto!__gritaba.
¡Es mi pequeña Rocío! ¡Mi niña! mi niña ha vuelto.
Al oír los gritos y el llanto de su mujer, el señor Mendoza
bajó corriendo las escaleras.
¿Cómo le explicaba a su mujer, que aquella niña no era
Rocío?
Seguramente alguien sin corazón, la dejó abandonada en su
puerta.
Pero la mujer solo decía que era su hija.
Dio aviso a la policía, la cual decidió llevarse a la niña a
un orfanato.
Allí le hicieron varios análisis y la vieron los médicos
para constatar que la niña estaba bien.
Solo le encontraron una mancha con forma de corazón en su
piel.
Después de muchas investigaciones, nunca se supo
quien abandonó a la niña.
El matrimonio Mendoza quería adoptarla, pero antes la mujer
dijo: __Háganle un ADN y se darán cuenta que es mi hija.
En una de las visitas a la niña, la mujer le levantó la ropa
y le dijo a su esposo:
__ ¿Ves? Es la mancha de Rocío.
El hombre quedó mudo, ya que su hija también tenía aquel
pequeño corazón marcado en su piel.
No era posible. Entonces él, apoyó a su mujer y pagó un ADN.
A los dos meses, les entregaron a la niña, la que ellos
llamaron Rocío. Por que los resultados del ADN decían que esa niña era hija de
ellos.
Qué historia más asombrosa! Nunca hay que dar nada por hecho, por lo que se ve.
ResponderEliminarUn besito.